Vaginismo
- erika moreno
- 6 mar 2020
- 5 Min. de lectura
Este artículo lo escribí a colación de un capítulo de la serie Sex Education (que, por cierto, si no habéis visto esta serie, es muy recomendable, sobre todo por cómo se afronta el sexo adolescente) en el que una de las protagonistas habla de que padece este trastorno, una disfunción sexual femenina que a veces se confunde con la frigidez.
Como siempre, os recuerdo que mis artículos son a nivel informativo, que nunca pretendo sustituir a los médicos, así que, si tenéis este problema o cualquier otra duda sobre salud sexual, no dejéis de acudir al especialista.
¿Qué es el vaginismo?
Se trata de una disfunción sexual por la cual la mujer experimenta contracciones involuntarias de los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina, específicamente en el grupo de músculos pubococcígeo, lo que conduce a un espasmo muscular generalizado que contrae y cierra la entrada de la vagina.
Debido a esta contracción espontánea, las mujeres que lo padecen pueden no ser capaces de introducirse tampones, copa menstrual, someterse a exámenes ginecológicos o tener relaciones sexuales con penetración, porque les resulta doloroso.
Suele empezar cuando se intenta tener relaciones sexuales por primera vez. Sin embargo, a veces, aparece más tarde, por ejemplo, cuando otro factor hace que las relaciones sexuales sean dolorosas por primera vez o cuando se intenta mantener relaciones sexuales estando emocionalmente angustiada. Como las relaciones sexuales pueden ser dolorosas, se temen. Este miedo hace que los músculos se tensen aún más y ello causa o aumenta el dolor cuando se intenta el coito. Se desarrolla una reacción refleja, de modo que cuando se presiona la vagina o a veces cuando se tocan los músculos vaginales, se tensan por reflejo. En la mayoría de los casos, puede disfrutarse con la actividad sexual que no implique penetración.
Síntomas.
Pueden variar según la mujer e incluyen:
· Dispareunia (dolor), que se describe como ardor, picor o sensación de opresión.
· Penetración difícil o imposible.
· Dolor sexual a largo plazo con o sin causa conocida.
· Dolor durante la inserción de un tampón o copa menstrual.
· Dolor durante exámenes ginecológicos.
· Espasmo muscular generalizado o interrupción de la respiración durante el intento de coito.
Causas.
Las causas del vaginismo se pueden dividir en 2 tipos: físicas y psicológicas. Veamos un desglose de cada una de ellas.
· Causas físicas:
o Infección del tracto urinario.
o Enfermedades como el cáncer o la esclerosis múltiple.
o Parto, sobre todo si ha sido doloroso, ha habido cesáreas, abortos, episiotomías, etc.
o Menopausia.
o Cirugía pélvica
o Juegos previos inadecuados.
o Disminución de lubricación vaginal.
o Efectos secundarios de algunos medicamentos.
o Himen hipertrófico.
o Endometriosis.
o Cicatrices.
o Hemorroides.
o Alteraciones en la piel de la vulva.
· Causas psicológicas:
o Temor al dolor o al embarazo.
o Ansiedad por no lograr el coito y sentimientos de culpa.
o Problemas con la pareja: una pareja abusiva, sentimientos de vulnerabilidad.
o Experiencias sexuales negativas.
o Haber sufrido violación o abusos.
o Depresión/ansiedad.
o Baja autoestima.
o Hostilidad hacia la pareja.
Esto no impide que la mujer se excite sexualmente, pero la sintomatología puede hacer que se sienta muy ansiosa durante las relaciones sexuales, motivo por el cual evitan el sexo y la penetración vaginal.
Tipos.
Los diferentes tipos de vaginismo afectan a las mujeres de cualquier edad. Se dividen en:
Vaginismo primario: el dolor siempre ha estado presente; se experimenta en adolescentes o durante la veintena, ya que es en esta época en la que se tiene el primer periodo (no se pueden introducir tampones o copa menstrual), se tiene también las primeras relaciones sexuales con penetración vaginales y las primeras revisiones ginecológicas (sobre todo, en el momento de realizarse el Papanicolau)
Además del dolor, se pueden experimentar espasmos musculares generalizados y temporalmente dejar de respirar; estos desaparecen cuando se detiene el intento de entrada en la vagina.
Aunque el principal músculo involucrado en el vaginismo es el pubococcígeo, han detectado 2 músculos adicionales en pacientes sedadas: el bulbocavernoso y el puborrectal. Los espasmos del músculo bulbocavernoso explican la queja de las pacientes acerca del dolor cuando intentaban mantener relaciones sexuales.
Vaginismo secundario: este tipo de vaginismo se da cuando ha existido coito previamente de forma satisfactoria, pero por ciertos acontecimientos traumáticos físicos o psíquicos en un momento determinado, como un parto, cambios hormonales, una cirugía, una violación, etc. Originan un espasmo muscular en el suelo pélvico.
El 90% de las mujeres sufren de vaginismo primario.
Diagnóstico.
Se diagnostica la enfermedad mediante una exploración ginecológica y por los síntomas presentados por la paciente.
Existen diversas técnicas para detectar si éste es de origen físico o psicológico.
Tratamiento.
Existen dos tipos de tratamiento, tanto físicos como psicológicos.
En el ámbito físico destacan ejercicios para disminuir la reacción refleja para desesensibilizar la zona genital como ejercicios de tacto y exploración.
También habrá que realizar los ejercicios de Kegel, consistentes en la contracción y relajación de los músculos del suelo pélvico.
En el caso de que los ejercicios no surgieran efecto, se puede recurrir a fármacos relajantes musculares o procedimientos más invasivos, como inyecciones de bótox o rejuvenecimiento vaginal con láser.
Los tratamientos psicológicos incluyen la hipnosis con la cual se induce a un estado de relajación para descubrir las causas inconscientes del vaginismo; en este estado de profunda relajación se pueden enviar mensajes positivos al inconsciente.
También se incluye la terapia individual para detectar las creencias y los conflictos que están en la base del vaginismo.
E.M.D.R.: técnica a través de la cual se pueden reprocesar esas experiencias negativas vinculadas con experiencias sexuales insatisfactorias que pueden haberse quedado grabadas en el cerebro y que impiden disfrutar plenamente del coito.
¿Cómo afecta en la pareja e individualmente?
La forma de reaccionar de la pareja es fundamental, ya que, si presiona, exige o fuerza, las posibilidades de agravamiento del problema se multiplican.
Se puede pasar del vaginismo a la aversión al sexo si hay una mala actitud hacia la mujer. Es necesario que haya comprensión y paciencia por parte de la pareja. También es indispensable no eludir el trastorno.
Es muy importante la participación de ambos, sobre todo, en el momento de acudir a un profesional, del cual hay que seguir todas sus recomendaciones, para obtener resultados óptimos al tratar esta disfunción. Es imprescindible el apoyo y comprensión mutuos, para aminorar los niveles de ansiedad. Lo más apropiado es esforzarse, pero nunca forzarse.
Afrontar el vaginismo de forma individual se hará con un enfoque terapéutico multidisciplinar. Primero se hará una exploración física en el ginecólogo. Si se descartan los problemas físicos, se remitirá a la paciente a un sexólogo; con es especialista, se ajustarán los ejercicios a la situación personal (si no tiene pareja, si tiene relaciones con otras mujeres, o si tiene una pareja heterosexual) además de tratamiento psicológico.
Además, hay que realizar ejercicios en solitario como ejercicios de relajación y a continuación, ir de forma progresiva introduciendo distintos grosores de dildos; se realizará diariamente, hasta que llega el día en que la mujer puede introducir en la vagina el tamaño “real” de dildo y ya no produce dolor.
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